La política nacional siempre está a la orden del populismo en nuestro país. Quizás usted no se acuerda pero los mismos que hoy nos Gobiernan en gran parte de nuestras comunas y en el Gobierno Central, realizaron grandes ataques a Carabineros.
Muchos pidieron eliminar a esta institución aduciendo que su forma de trabajar ya estaba obsoleta y que no había resguardo a los Derechos Humanos, algo que con el pasar del tiempo quedó a todas luces descartado y no porque este opinólogo lo diga, sino que así lo reflejan todos los informes internacionales del “estallido social” o delictual como a usted le guste llamarlo.
Sin embargo, hay que ser claro, ¿tienen credibilidad las autoridades que llamaban a marchar y apiedrar comisarías ahora a hacer un llamado al orden público? No parece extraño que el sector político que en algún momento era oposición, ahora pida tregua, cuando parecen ser ellos los que transformaron a nuestro país en lo que hoy nos toca vivir.
Sí es extraño y poco creíble, pero la oposición actual tampoco se salva y eso sería bueno que sea entendido por toda la clase política, la que en estos años no ha sido capaz de brindarle al país la tranquilidad que necesitamos. Las discusiones en el congreso más que un análisis en profundidad nos presentan una especie de programa de farándula que cada día más se parece a la extinta Convención Constitucional, muchas veces llega a ser vergonzoso ver que cada uno de los parlamentarios intenta, “tirar agua a su molino”. La esperanza es poca pero aún queda algo, y con esa esperanza un cree que la conmoción nacional que hoy tenemos en nuestro país sirva, y sirva de verdad, no para que cada una de las autoridades envíen comunicados poco creíbles cuando muere un policía, sino para que busquen en conjunto una solución que nos devuelva la tranquilidad y seguridad, en pocas palabras que hagan lo que la gran mayoría les pide, que trabajen pensando en nuestro país.
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