Hablar del río Mapocho en la Provincia de Talagante es hablar de la historia viva de cada una de las comunas por donde transita uno de los humedales más extensos de la Región Metropolitana. Muchas veces abandonado o maltratado, fue olvidado por generaciones que desconocieron la real importancia de este ecosistema.
Hace ya varios años, un grupo de jóvenes formó una agrupación que busca rescatar el río y volver a ponerlo en valor.
Conversamos con Yohana Carvajal, una de las integrantes de esta organización, quienes gracias al trabajo conjunto con otras instituciones han logrado revivir el interés de la comunidad por este importante curso de agua.
“Frente de Río es parte de una red que trabaja por la defensa del río Mapocho, específicamente desde Maipú hasta El Monte”, explica.
Según detalla, esta red nace alrededor del año 2020, en medio de la discusión que se daba en el Congreso Nacional sobre los humedales urbanos.
“Había mucha discusión, pero el río Mapocho quedó declarado como humedal urbano en las comunas de Peñaflor, Talagante y El Monte, a partir del trabajo que realizamos ese año”, señala. Sin embargo, el desafío no podía quedar ahí. Pronto extendieron su labor hacia otras comunas.
“Empezamos a expandir el territorio porque, al ser un corredor ecológico, la idea es que esté completamente protegido. Ahí comenzamos a contactarnos con organizaciones de otras comunas como Maipú, Padre Hurtado, Pudahuel e incluso Isla de Maipo, que está al otro lado del río Maipo”.
En ese proceso, el foco principal ha sido la visibilización y la forma de potenciar este corredor ecológico.
¿Cuáles son los proyectos que actualmente buscan el cuidado del Mapocho?
Por ejemplo, en Peñaflor existe una reserva natural municipal en el Parque El Trapiche, a cargo del municipio, y también está la Fundación Mapuko, originaria de esa comuna, que desarrolla un proyecto de restauración ecológica.
En Frente de Río comenzamos con nuestros propios proyectos de restauración, en un inicio sin recursos, solo con donaciones y, en ocasiones, solicitudes de apoyo a CONAF.
El año pasado obtuvimos un fondo de una fundación privada, lo que nos permitió plantar 700 árboles adicionales en el río Mapocho. El municipio también ha comenzado a colaborar, aunque al principio se mostraba bastante reacio a mirar el río.
¿Les ha costado que las autoridades “miren al río”?
En Talagante logramos que, en el año 2021, el entonces alcalde Carlos Álvarez reconociera el trabajo que se estaba realizando y decidiera invertir. Postuló a un fondo del Gobierno Regional para construir un sendero con tres miradores en el río.
Esa infraestructura hoy está construida y se complementa con nuestro trabajo. Ahí actuamos de manera coordinada: el municipio aportó los recursos para la infraestructura y nosotros postulamos para la plantación de árboles. De esa unión surgió un pequeño parque de río.
¿Qué tipo de árboles han plantado?
Todos los árboles son nativos y están seleccionados según el tipo de suelo donde se plantan. Por ejemplo, el río Mapocho en Talagante fue muy intervenido por la extracción de áridos y por la acumulación de basura, lo que generó desniveles.
En las zonas más altas, que son más áridas y secas, se plantan especies del norte como tara, quebracho y acacia, que requieren menos agua.
En las terrazas inferiores se plantan sauces y molles, que necesitan más humedad. También hay maitines más cercanos al cauce, donde el acceso al agua es mayor.
¿Fue muy difícil comenzar con todo esto?
La verdad es que no fue tan difícil, porque partimos con la convicción de que el río debía volver al imaginario de los talagantinos. Yo realicé mi proyecto de título en el río Mapocho; soy arquitecta y tengo un magíster en Arquitectura del Paisaje.
Mi proyecto consistía en desarrollar un parque, pero al investigar me di cuenta de que el río tenía un enorme potencial por sí mismo.
¿Estuvo invisibilizado por mucho tiempo?
Totalmente. Cuando comenzamos, dijimos: “Ya tenemos este río, hay huellas y senderos que la gente recorre; eso es lo que debemos recuperar”, y lo hicimos sin ningún recurso.
Como el río es un patrimonio natural, nos inscribimos en una ruta del Día del Patrimonio organizada por el Ministerio de las Culturas e hicimos un llamado abierto a la comunidad para visitarlo con nosotros. Llegaron 70 personas.
Ahí uno se da cuenta de que, a veces, solo conocer un lugar basta para cambiar la mirada. Muchos de los asistentes eran vecinos de entre 50 y 60 años, que recordaban que en su infancia se bañaban en el río Mapocho. Pensaban que hoy estaba lleno de basura, pero al verlo nuevamente se reencantaron. Así nació Frente de Río.
¿Se observa hoy un mayor empoderamiento de las organizaciones ecológicas en la provincia?
Yo diría que sí. En Peñaflor es evidente; el municipio se volcó al río y está apoyando a las organizaciones ambientales. En Talagante, el municipio también nos ha respaldado con el proyecto de “bosques de bolsillo”, financiado por el Gobierno Regional, decidiendo implementarlo en el río y no en un área verde tradicional.
En El Monte, la alcaldesa ha mostrado interés en desarrollar un parque en la zona entre puentes, conocido como el Ecoparque, y estamos impulsando ese proyecto lo más posible.
¿Qué riesgos enfrenta hoy el río Mapocho?
La extracción de áridos y las viviendas informales son amenazas importantes. Detrás de esto hay un problema social, pero también una contaminación enorme. En Talagante existe un campamento con más de 600 viviendas que descargan aguas negras directamente al río.
En El Monte, además, la gente se baña en el río, lo que es altamente contaminante y peligroso, no solo para quienes lo hacen —ya que es una zona inundable— sino también para toda la comunidad.
La basura es otro problema grave. En El Monte y Talagante hay personas que cobran por botar residuos en el río, llegando incluso con camiones.
También existen daños menores asociados a animales sueltos. Vacas, caballos y perros generan impactos: hemos visto perros atacar coipos, y el ganado introduce semillas de especies que no son propias del ecosistema del río. Todo eso va modificando el entorno natural.
¿Las grandes infraestructuras proyectadas representan una amenaza directa?
Sí. En El Monte, por ejemplo, está la ampliación de la Autopista del Sol, que contempla un puente de tres pistas por lado sobre el río, muy cercano a la confluencia del Mapocho con el Maipo, un ecosistema único y con alta biodiversidad.
En esa zona se han registrado especies que no se observan en otros lugares del país, como el pájaro amarillo, que se encuentra en estado vulnerable. El puente se instalaría directamente sobre el río.
¿Se puede hacer algo frente a esto?
El municipio de El Monte presentó observaciones en el proceso de evaluación ambiental, señalando el deterioro que provocaría el nuevo puente a través de su Departamento de Medio Ambiente.
¿Es necesario contar con tres pistas?
Para nuestras comunas, no. Las tres pistas están pensadas principalmente para camiones y transporte de carga, asociadas al movimiento desde el puerto hacia Santiago.
A nivel local, una pista más o menos no hace diferencia, pero sí genera impactos. Hay vecinos que se oponen porque se verán afectados por expropiaciones y porque caminos rurales pasarán a convertirse en vías de alto tránsito.
En Padre Hurtado y Maipú se discute la carretera orbital; en Peñaflor se han manifestado reiteradas oposiciones; también existen proyectos de nuevos puentes en Talagante y de conexión entre Lampa y El Monte. A esto se suman los impactos potenciales de los paneles fotovoltaicos y sus líneas de transmisión.
¿Qué mensaje le daría a la comunidad y a las organizaciones?
Un mensaje de aliento y de unidad. Esta lucha no es solo por el río, sino contra el extractivismo y el abandono de la naturaleza en general. Solo trabajando juntos podemos avanzar; de manera individual es muy difícil.
A los vecinos de Talagante les diría que vuelvan la mirada al río, que dejen de darle la espalda y lo vean como protagonista de la comuna. Talagante tiene pocas áreas verdes, pero cuenta con río y cerros a solo cuadras de la plaza de armas.
¿Dónde puede contactarlos la comunidad?
Estamos estrenando nuestra página web www.frentederio.cl. También estamos en Instagram, Facebook y LinkedIn.
Desde la web se puede participar en actividades, hacer donaciones o integrarse a la organización. Somos pocos, pero con más personas podemos seguir creciendo.
Antes de finalizar la conversación, surgieron nuevos temas que serán abordados en una segunda entrega de esta entrevista.

















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